HONORARIOS VERSUS MERCADO

Acerca de los honorarios

Cuando me dicen que no se puede cobrar mas, que el mercado está muy mal y por mas de una cantidad económica no se puede trabajar por que vendrá otro y lo hará…por que la competencia la tenemos ahí fuera, aparejadores, peritos, ingenieros… Y yo añadiría, delineantes técnicos proyectistas, topógrafos,  geógrafos, decoradores, arquitectos de interior, clientas preparadas a conciencia con “casa viva” y Sálvame de Luxe… Quiero advertir sobre la circunstancia de que tenemos que ser muy cautos con lo que el mercado, los mercados, nos mandan. Hay que recordar que la terrible crisis económica que aun padecemos los que nos dedicamos a esto de la construcción, no fue sino mandato de un mercado que entonces también nos decía las viviendas que se necesitaban, el precio de las mismas y como no, los costes de los servicio de arquitectura, incluso como tendríamos que vivir en un futuro rodeado de promociones de viviendas que fueron planificadas por otros que no eran precisamente arquitectos.

El mercado es el que nos dijo un día que todo había terminado, proyectos de vida de Arquitectos, que no de viviendas, se vieron rotos sin posible solución ni perspectivas de futuro, intentando culparnos de esa crisis que el mercado negó hasta el último minuto para así intentar ganar un poco mas a costa de nuestro sudor incluso sangre. El mercado, los mercados, fueron los que durante ocho años nos dijeron, no ya lo que teníamos que cobrar por nuestro trabajo, sino que sencillamente nos negaron la posibilidad de ese trabajo, obligando a nuestros hijos a sufrir las consecuencias de la pobreza, literal, en la que nos vimos inmersos. Mientras tanto ese mismo mercado fue el que bien se preocupó de que su sistema financiero, que no el nuestro, se recuperase después de habernos exprimido hasta la extenuación y no sólo no perdiese sino que siguiera ganando beneficios a costa de nuestro futuro. El mismo mercado que también intenta a toda costa desregular el sistema para así poder seguir eludiendo cualquier tipo de responsabilidad, porque eso es precisamente lo que el mercado persigue a toda costa, eludir responsabilidades, para así poder culpar siempre a otros del camino que el mercado nos indica a seguir y de esta forma continuar incrementando sus ganancias pues el mercado nunca es responsable de nada, para esos estamos los ciudadanos.

Es este mercado irresponsable el no quiere normas que cumplir ni condiciones de responsabilidad que le impidan continuar siento ese ente abstracto que es el mercado, pues nadie lo ha visto, nadie lo conoce ni le ha puesto cara, pero sigue diciéndonos como tenemos que vivir y lo que tenemos que cobrar por nuestro trabajo. Y lo que es peor, nosotros le seguimos haciendo caso. Este mercado omnipresente que nadie puede ver pero si sentir odia la calidad tanto o más que la responsabilidad, pues en la calidad esta implícita la responsabilidad y el cumplimiento de unas normas que garanticen el servicio prestado o las consecuencias de las decisiones tomadas conceptos totalmente opuestos a la propia esencia del mercado, los mercados. También el mercado ignora o mejor dicho, no sabe lo que es la dignidad, pues dignidad significa excelencia, gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse. Es la cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden. En definitiva dignidad es persona y el mercado odia a las personas pues son las únicas que pueden enfrentarse a el, regulándolo y normalizando su actividad, en una palabra, controlándolo y como bien es sabido el mercado huye del control a toda costa.

Los arquitectos somos profesionales con una magnífica formación basada en la excelencia y profesionalidad y nuestro trabajo es un servicio a la sociedad. Ejercemos nuestra profesión con la máxima calidad y responsabilidad, pero también somos personas y como personas reivindicamos una vida digna y tenemos que exigir poder ejercer nuestra profesión cobrando unos honorarios dignos pues asumimos la responsabilidad de un trabajo de calidad y digno. En definitiva los arquitectos nos movemos profesionalmente bajo los parámetros de calidad, responsabilidad y dignidad, y son precisamente estos conceptos los mismos de los que el mercado huye.  Luego está claro que para el mercado somos incómodos agentes sociales porque con nuestro trabajo de forma directa o indirecta podemos ejercer un control sobre el poder de dicho mercado. Por lo tanto, no debemos asumir que sea el mercado el que nos diga los honorarios que tenemos que cobrar por nuestro trabajo pues es darle la razón en su perverso interés de continuar generando su propio beneficio a costa de las personas. Asumir el precio de nuestro trabajo impuesto por el mercado o por una competencia que no deja de ser el propio mercado es perder nuestra dignidad personal y profesional, es renunciar a nuestro futuro y el de nuestras familias. No podemos permitir la complicidad con un sistema perverso que es lo que en definitiva es el mercado y la competencia desleal propiciada por el mismo. Tenemos que recuperar nuestra dignidad personal, social y profesional reivindicando unos honorarios justos. No se puede trabajar por debajo del costo de producción. Cuidado con el mercado. Si todos juntos actuamos con dignidad y coherencia venceremos al mercado, se puede.

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