Cómo arruinarse en seis pasos
Como arruinarse en seis pasos
1.- si te crees muy listo estudia arquitectura
2.- en tus primeros años de profesión asociate con un cateto
3.- se fiel a tus principios y no tengas políticos por amigos
4.- dedica mucho de tu tiempo en luchar por los intereses generales si cobrar nada.
5.- confía tus ahorros a un banquero
6.- piensa como un japonés y en un ejercicio de patriotismo no abandones el país aunque se hunda.
Conseguido
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1.-Si te crees muy listo estudia arquitectura
Papa es arquitecto y como no podía ser de otra manera yo, su hijo, también lo seré algún día. Soy el mas listo de mi clase porque entiendo la geometría espacial con una clarividencia que deja atónito a mi compañero de pupitre. No necesito esforzarme demasiado para sacar unas notas mas que aceptables, aunque bien es cierto que si me esforzara algo mas podían ser excelentes, pero renunciar a la buena vida no es un signo de inteligencia digo yo.
Esto lo he aprendido de papa que como es listo de los de antes, es decir, listo de verdad, sabe sacarle buen provecho a su trabajo y levantándose a las 10 de la mañana vivimos como Dios. No necesita horas de reflexión para resolver cualquier problema matemático e igual le pasa con sus edificios y chalecitos, medio hora de dibujo en papel cuadriculado y como si estuviera construido porque él lo tiene clarísimo.
Además vivimos en un momento en que hasta es posible mantener personal en un estudio de arquitectura así que tiene a cuatro joviales y avispados delineantes que le sacan los planos para adelante. Cuatro planitos, el sello del colegio y a pasar la factura. Solo se queja de cuando su trabajo llega a un Ayuntamiento y como es bastante frecuente da con un imbécil redomado, en muchos casos compañero, en otros aparejador con aires de arquitecto del que quiere y no puede. Cuando va a la obra todos le dicen ” buenos días Don…” y se masca el respeto aunque sea forzado. Luego sube a su flamante automóvil que mamá obliga a cambiar a lo sumo cada cuatro años porque está convencida que esto atrae clientes y no se equivoca, cambio de coche igual a proyecto encargado.
Nunca ha tenido que pedir un préstamo, todo lo paga a tocateja y como además él no necesita demasiado para vivir es mi madre la que se encarga en darle buen uso al dinero, así que ni para eso se calienta la cabeza papá. De este modo se que llegara a los 70 sin peinar ni una cana.
Yo quiero ser como el porque algún gen debe estar instalado en mi cerebro que me dice “chico tú vales para eso y si eres listo te mereces ganar dinero”
Luego esta el tema de la vocación que tenerla la tengo, pero a las cosas importantes tampoco hay que darles mayor importancia, hay que dejarse llevar por ellas y si mi instinto me dice ve por ahí ¿A que viene no hacerle caso?
Hoy he hecho la matricula en la Escuela de Arquitectura, tenía un gusanillo reconcomiéndome el estomago de la ilusión de encontrarme por fin en la universidad.
Primera clase de dibujo, las mesas son enormes y me cuelgan los pies de la banqueta. El gusanillo no me abandona. Primeras palabras de nuestro insigne profesor, “sois escoria y en seis meses no quedareis aquí ni el 20% así que cuanto antes os vayáis menos gastos le ocasionareis a vuestras familias”. El gusanillo a muerto pero yo me mantengo en un firme propósito de contradecir a este imbécil porque no se puede tener tan mala leche el primer día. ¶
Segunda clase, física. Un pequeño libro que se convertirá en un yugo que me perseguirá media carrera porque no veo la manera de aprobarlo. Cada año lo vuelvo a forrar con plástico nuevo. Tercera clase, matemáticas. A este tío le huelen los pies, quizás si en lugar de llevar chanclas se hubiese puesto zapatos otro gallo cantaría, porque lo que es cantar. Es matemático y no lo entendemos demasiado, tampoco llego a comprender que tiene que ver todo esto conmigo que solo pretendía vivir bien. Me reafirmo en mi propósito de ser mas fuertes que ellos. Cuarta clase Geometría Descriptiva. Toda mi clarividencia de mi etapa escolar se ha esfumado, quizás murió a la vez que el gusanillo. Ahora si que no entiendo nada. Hay un punto en la pizarra y eso es un problema ¿Que pretenderán que haga con el punto? Me consuela ver que 600 alumnos tienen la misma duda existencial que yo, y eso que mal de muchos consuelo de tontos se cumple ala perfección. Cada vez que aparece un punto en la pizarra y lo llaman enunciado y podemos dedicar cuatro horas a resolverlo me hecho a temblar del aburrimiento. Cuatro horas dan para aburrirse mucho cuando el punto sigue ahí, inexpugnable.
Papá mes a mes suelta la pasta para el colegio mayor y para el material de papelería que no dejo de consumir porque aquí no te dan cuartel. Llevo dos meses y ya no hay noche que no me tenga que quedar dibujando. Mi compañero de habitación que estudia psicología ronca a pata suelta, se levanta temprano y tiene tiempo de leerse el periódico. Este tío es un crack. Las ojeras me llegan al suelo y estoy blanco como el papel que no dejo de delinear.
Durante el día en las clases nos siguen minando la moral, pero no importa que yo aguanto. El sufrimiento hasta me produce placer porque lo que no podría ya es enfrentarme a pedir un poquito de dignidad, es tal el cansancio que me acompaña.
Si hay algo que un futuro arquitecto sabe hacer bien es divertirse. Como estamos entrenados a aguantar horas y horas y días sin dormir somos los mejores clientes de cualquier discoteca y bar de copas y esperamos a que el portero la cierre no vaya a ser que lo atraquen. Como el gusanillo murio ahora ya no importa que lo ahoguemos en alcohol, no va a sufrir. Luego con nuestra vena poética y creativa vamos a ver amanecer al mejor lugar de la ciudad, porque otra cosa bien conocida por un futuro arquitecto es la ciudad que le obligan a dibujar durante las salidas de las clases de dibujo en las que te obligan a realizar bonitos croquis si quieres aprobar raspando. De tanto mirar descubres sus secretos.
Llega la evaluación final, he aprobado una, puedo quedarme. Los que no hayan aprobado una son expulsados, como si fuese fácil y un camino de rosas. Ya hay muchos que se fueron. Me alegra comprobar que no quedamos el 20% somos bastantes mas, mas que nada por llevarle la contraria al espabilado del profe que quería acabar con nosotros desde el primer instante que nos conoció.
Papa no es capaz de comprender que ha ocurrido pero no lo expresa ni falta que hace, se le ha quedado la cara a cuadros y una sonrisa congelada. El año que viene a pagar otra vez la matricula y a tragarse sus dudas de si valdré para esto no vaya a ser que diciéndome esto me desmotive.
A los días utiliza una táctica que en su momento me pareció exagerada y ahora se que se quedo corto.
“lo que no sabes es que antes de empezar a trabajar tendrás que pagar, colegio de arquitectos, seguro de responsabilizada civil, impuesto de actividades económicas, en fin rondaría los 2000 eur” No se si quiere asustarme porque me huelo que se teme que la va a tocar pagarmelo. Después del año que llevo a mi no me des motiva ni un tsunami. Le cuento, para justificarme y porque es verdad, la calidad de los imbéciles con los que he tenido que lidiar. “papa no sabes el ego que tienen, ni que fuesen Dios, y una mala leche con esa costumbre de poner en los exámenes los mas difícil. Y el punto ¿Pero tu has visto lo jodido que puede ser un punto?
He madurado a base de pegarme el verano estudiando, consigo aprobar dos mas en septiembre y paso con una asignatura. ¿Como es posible que solo cuatro asignaturas te hagan la empresa de aprobarlas tan imposible?
Segundo año, igual al primero, casi un completo desastre, me matriculo de la que me queda y siete mas de segundo, total esto lo tengo controlado, soy veterano y puedo con lo que me echen. Llega la Navidad, tengo un agobio de pantalones, la cara de gusano que arrastro junto con mi cuerpo deja a mi madre en un suspiro al verme. Tengo ganas de llorar pero disimulo dado el paston de matricula que pago mi padre. Me juro a mi mismo que esto lo saco yo para adelante cueste lo que cueste. Un día en casa y me planteo dejar la carrera.
-Hijo, no tienes porque pasarlo mal, para eso estamos tus padres, si lo deseas te montamos un negocio aquí cerca de nosotros.
Mi orgullo no me lo permite, para nada abandono.
-Gracias mama, si esta chupao para junio veras que bien me voy a pasar el verano tumbado.
Llegado el verano podrían hacerse realidad mis sueños, tumbado pero en caja de pino y bajo tierra.
-Tengo ganas de morirme.
Suspenso casi general. Toca quedarse en esta ciudad que en verano es el mismísimo infierno del calor que hace, me suda cada poro de mi cabeza, gotitas que brotan y percibo como recorren cada uno de los pelos hasta resbalar por mi frente, eso en estado de calma absoluta y dejando mis constantes vitales al mínimo.
Como aun no es tiempo de los ordenadores, que estos llegaran cuando casi estoy terminando esta carrera del demonio, aun dibujamos sobre papel vegetal y tinta que se ondula y estropea al solo contacto con mi piel de lo húmeda que esta, siento que soy un lagarto, soy un arrastrao.
Del tercer al octavo año las cosas no cambia mucho salvo yo que estoy mas amargado, mas viejo y creo que me están formando para ser parte integrante de un comando especial. Todo esto me ha hecho un superviviente, no temo a nada, a mi que me echen que aguantar yo aguanto. También he aprendido a buscarme la vida, porque lo que es enseñar no se matan, pero tácticas para despistarte para que no des una en los exámenes de eso saben un montón. A estas alturas todavía algún listo de los muchos que dan clases aquí se permite decirte que de esto no vamos a poder vivir bien ya que para eso están ellos, que tienen el mercado copado. Lleva un fantástico rolex y camisa de rayas con gemelos, los caracolillos de su engominado pelo culminan este espectro al que solo puedo desearle le arda el Mercedes ultimo modelo que aparca en la puerta de la escuela.
Me matriculo del fin de carrera, no puedo creer que haya llegado hasta aquí, papa tampoco, el sabrá lo que lleva gastado…
Adelina Márquez Gil
24 abril, 2015 a las 6:58 pm
Enhorabuena, has echo una descripción fantástica de la carrera y además tremendamente divertida. Me has trasladado a aquellos años. Muchas gracias por escribir así, sigue con ello.